Un oasis verde de unos 5000 m2, oculto en el corazón de Milán, que forma parte del Palacio de Brera: el Jardín Botánico fue fundado en 1774 bajo el auspicio de la emperatriz María Teresa de Austria, con el objetivo de enseñar botánica. Tras el periodo napoleónico, quedó abandonado hasta finales del siglo XX, cuando se iniciaron las obras de restauración gracias a la intervención de la Universidad de Milán, de la que forma parte el jardín en la actualidad.
Más tarde, en vísperas de la Expo 2015, la revista Interni promovió nuevas obras de reestructuración, que se completaron con la restauración conservadora de un aula didáctica dentro del jardín, firmada por el arquitecto Luca Scacchetti.
El objetivo principal del proyecto era recuperar su misión original (la enseñanza), transformando el aula destinada a las lecciones de botánica en un elemento inmerso en la vegetación, como ha explicado el arquitecto Scacchetti: «Se trataba de transformar esta construcción del siglo XVII en un elemento de continuidad del Jardín, basándose en el principio de no separación respetando la vista interna y la externa».
Se recurrió a elementos naturales para dar vida a esta visión, a fin de que toda la estructura pudiera fundirse en el verdor que la rodea. En este contexto, las losas Stone Italiana de la colección DNA Urbano resultaron ideales. Como plena expresión de la filosofía empresarial, estas superficies están compuestas de tierra procedente del barrido de las calles. Los materiales recuperados se convierten así en nueva materia prima, permitiendo un ahorro energético, además de la reducción de los costes de eliminación de materiales inertes que suelen desecharse.
Colocada en el suelo, la colección DNA Urbano ha respondido totalmente a las exigencias dictadas por la misión del proyecto: su resultado estético, muy similar al suelo de una calle, parece ser la continuación (en color y textura) del suelo externo de gravilla, eliminando así los límites entre dentro y fuera.